Cosmovisiones - Parte 2

Rick Wade


Introducción

Unos años atrás, un ex miembro del personal de Probe, Jerry Solomon, escribió un artículo sobre cosmovisiones, donde daba una introducción básica del tema, y luego bosquejaba tres cosmovisiones importantes: el teísmo cristiano, el naturalismo y el panteísmo de la Nueva Era.{1} En este artículo, consideraremos cuatro cosmovisiones más: el deísmo, el nihilismo, el existencialismo y el postmodernismo. Mencionamos frecuentemente estas diversas filosofías en nuestros artículos, así que nos parece bueno dar una breve descripción como referencia.{2}

Cosmovisiones - Algunos conceptos básicos

¿Qué es una cosmovisión? James Orr, el historiador de la iglesia del siglo XIX, dijo que una cosmovisión "[denota] la visión más amplia que puede tener la mente de las cosas, en un esfuerzo por comprenderlas juntas, como un todo, desde el punto de vista de una filosofía o teología específica".{3} Una cosmovisión desarrollada brinda respuestas a las preguntas sobre el origen, el propósito y el destino, entre otras cosas; o, como algunos lo han expresado, el "por qué, de dónde y hacia dónde" de las cosas.{4}

Pero hay quienes podrán objetar que este tipo de visión del cristianismo es demasiado intelectual o esotérica, o podrían decir que el cristianismo, por su propia naturaleza, no permite ser forzado dentro de ningún conjunto de ideas filosóficas. Es cierto que uno puede presentar una imagen excesivamente filosófica del cristianismo, que lo hace parecer muy alejado de la vida real. Pero, ¿invalida esto el elemento cognitivo? Note que el apóstol Pablo no tenía ningún problema en considerar el aspecto racional de la fe. Debe haber un conocimiento del cristianismo a fin de vivirlo. Lea Efesios 1:17, 18.{5} En Colosenses, vemos cómo Pablo da a sus lectores fundamentos intelectuales para rechazar la filosofía de su tiempo (comparar 1:9ff).

Hay un par de razones para pensar en el cristianismo en términos de una cosmovisión. Más de cien años atrás, el historiador de la iglesia James Orr pidió una perspectiva de este tipo porque, en primer lugar, el cristianismo sí involucra varias creencias interconectadas que no pueden ser escogidas una por una como de un menú. Él dice: "Aquel que cree con todo su corazón en Jesús como el Hijo de Dios está comprometido por esta razón con muchas más cosas. Está comprometido con una visión de Dios, una visión del hombre, una visión del pecado, una visión de la Redención, una visión del propósito de Dios en la creación y la historia, y una visión del destino humano, que se encuentran solo en el cristianismo. Esto forma un 'Weltanschauung' o 'visión cristiana del mundo', que contrasta marcadamente con las teorías que surgen de un punto de vista puramente filosófico o científico".{6} Por lo tanto, el cristianismo, por su naturaleza, forma una cosmovisión.

En segundo lugar--dice Orr--, dado que el cristianismo como un todo está bajo ataque, debe ser defendido como un todo; no solo doctrinas individuales sino todo el concepto de una religión sobrenatural y revelada. "La oposición que debe enfrentar el cristianismo", dice Orr, "ya no está confinada a doctrinas especiales o a puntos de supuesto conflicto con las ciencias naturales -por ejemplo, las relaciones de Génesis con la geología-, sino que se extiende a toda la forma de concebir el mundo y el lugar del hombre en él, la manera de concebir el sistema total de las cosas, naturales y morales, del cual formamos parte".{7}

Cómo evaluar las cosmovisiones

¿Cómo debemos evaluar una cosmovisión? Tenemos todo derecho a esperar que una verdadera descripción de la realidad será racional, estará apoyada por la evidencia, brindará la explicación más amplia de toda la realidad, y concordará con la experiencia humana. Con relación a su naturaleza racional, debe a la vez no contradecirse y ser coherente como sistema. Con relación a la evidencia, no solo debe ser consistente con los hechos de la naturaleza y la historia, y debe explicarlos, sino que debe proveer una explicación adecuada de acontecimientos especiales de la historia (estoy pensando aquí específicamente en la persona y la obra de Jesús, incluyendo su vida, muerte y resurrección). Una cosmovisión contesta la pregunta de "por qué" por su capacidad de explicar lo que vemos alrededor de nosotros y dentro de nosotros. Con relación a la experiencia humana, debe simultáneamente explicar lo que sabemos de nosotros y, además, dar contestación a nuestros más profundos anhelos y aspiraciones.

Además, no deberíamos sorprendernos ante elementos sobrenaturales como los milagros y las profecías, y los informes de estas cosas deberían soportar la investigación en la medida de nuestra posibilidad.

Finalmente, toda verdad revelada que no podría ser conocida de otra forma -aun cuando trascienda lo que podemos saber por nuestra cuenta y sea difícil de entender--no debería contradecir concluyentemente lo que conocemos en el campo de la experiencia humana.

Pasemos a considerar ahora nuestras cuatro cosmovisiones.

Deísmo

Trasfondo histórico

La era denominada Iluminismo, que abarcó los siglos XVII y XVIII, vio cambios significativos en la forma en que el hombre de Occidente consideró su mundo. El florecimiento del conocimiento en el Renacimiento que surgió a través de las artes y las ciencias llevó a la restauración de un alto concepto del hombre. Aun en la iglesia cristiana se desarrolló algo denominado "humanismo cristiano". En la era del Iluminismo que siguió, sin embargo, la parte "cristiana" comenzó a desprenderse, dejando al hombre como la autoridad final sobre todo lo que es verdadero. Pero este cambio no ocurrió de la noche a la mañana. Hubo un período de tiempo durante el cual Dios era aún reconocido, si bien algunos creían que Él había perdido contacto, como quien dice, con su creación. Dios fue echado fuera y restringido a su cielo. El concepto del cuidado providencial de Dios sobre la tierra se fue desvaneciendo. Así nació el deísmo, la primera de nuestras cuatro cosmovisiones.

Varios factores participaron en esta transición. Uno fue el florecimiento de la ciencia -específicamente la física newtoniana-, que parecía dar una explicación racional y ordenada del mundo, lo cual quitaba los elementos misteriosos y sobrenaturales. Otro factor fueron las guerras religiosas de uno o dos siglos antes que logró que la gente se sintiera decepcionada con relación a la religión organizada. Finalmente, hubo una conciencia creciente de otros pueblos y religiones, que hizo que el cristianismo fuera más bien provincial antes que universal.{8} La ley divina dejó su lugar a la ley natural. Ahora había "religión revelada", que venía de Dios, y "religión natural", descubierta en la naturaleza. Y la "religión natural", que era considerada neutra y universal, se convirtió en la norma de lo que podía ser aceptado como verdadera "religión revelada".

Descripción

El deísmo, entonces, es la creencia de que "la religión natural contiene todo lo que es verdadero en la religión revelada; donde difiere esto último, las diferencias son moralmente insignificantes o supersticiosas".{9} No hay nada más elevado que la religión natural. La razón es capaz de conocer a Dios y su voluntad, así que no hay ninguna necesidad de la revelación. Del lado moral, el deber del hombre es simplemente hacer la voluntad de Dios, que es buscar la felicidad de todos los hombres.

¿Cómo fue que los deístas retuvieron su creencia en Dios? Según un escritor, la visión newtoniana del cosmos parecía exigir un Dios; el orden intrincado del universo sugería un diseñador inteligente. De hecho, esto hacía que Dios pareciera más grande que nunca. Sin embargo, Dios quedaba removido de una parte activa en los asuntos humanos. Su trascendencia era enfatizada a costa de su inmanencia. Además, si bien Dios era el autor de la ley natural, Él "retrocedía detrás de la serie de causas secundarias con los que los hombres tienen que tratar a diario".{10} Dios era considerado demasiado grande como para involucrarse en las experiencias triviales de la vida del hombre. No había ninguna verdadera preocupación de parte de Dios por los detalles de nuestras vidas y ningún propósito divino en la historia. El conocimiento de Dios quedaba "vaciado de la mayor parte de sus connotaciones religiosas concretas".{11}

Contraste con el teísmo cristiano

Hay tres importantes factores que separan al deísmo del cristianismo bíblico. En primer lugar, Dios fue separado de la marcha de la vida real debido a su pasmosa trascendencia. En palabras de Sire: "Dios es distante, ajeno, extraño".{12} Sin embargo, la Biblia enseña que Dios sigue involucrándose en su creación, tanto sustentando el orden natural (Colosenses 1:17) como relacionándose con la humanidad.

En segundo lugar, los deístas consideraban al hombre como simplemente parte de un universo de relojería, que operaba bajo leyes estrictas. Mientras que el hombre era reconocido como una creación de Dios y hecho a su imagen, no era visto esencialmente como un pecador. Había desaparecido el sentido del drama de la interacción humana con Dios sobre cuestiones relacionadas con el pecado, la gracia y el juicio. El hombre estaba ahora a cargo de sí mismo. Sin embargo, no era verdaderamente libre, ya que el hombre estaba encerrado en el sistema natural de causas y efectos.{13}

En tercer lugar, porque el mundo no era considerado como caído, sino de la forma en que Dios lo había creado, el orden natural reflejaba lo que estaba bien, lo correcto. Como dijo Pope: "Una verdad está clara: lo que es, es correcto".{14} No todos los deístas llegaron tan lejos, sin embargo. La ética era muy importante para los deístas; no entregaron la moral al mundo de lo subjetivo. Pero la maldad no era tanto contra Dios como contra algunos principios éticos abstractos discernibles en la naturaleza.

Debilidades internas

Si bien hay pocas personas -si existe alguna- que dirían hoy que son deístas, hay algunos aspectos del deísmo que siguen revelándose en nuestras creencias. Por ejemplo, hay quienes hablan de un Dios que es todopoderoso pero no se involucra directamente en la vida cotidiana de los seres humanos, que es conocido en el mundo de la naturaleza, pero no se ha revelado autorizadamente y finalmente en la Biblia o a través de Jesús.

Sin embargo, la posición a medio camino del deísmo hizo que fuera incapaz de mantenerse como una cosmovisión seria por mucho tiempo. Los deístas creían que sabían cosas acerca de Dios, pero estaban limitados al conocimiento empírico; es decir, al conocimiento obtenido a través de la naturaleza. Si solo obtenemos conocimiento de la naturaleza, no podemos ver el cuadro completo, y ciertamente hay cosas acerca de Dios que no pueden conocerse a menos que Él nos las diga (esto es la revelación). Parecería ser que ellos presuponían ciertas cosas acerca de Dios aprendidas de la revelación especial sin dar el crédito donde correspondía.

Por lo tanto, uno tenía que mantener a Dios en el cuadro y reconocer su importancia o quitarlo por completo. Esto último fue la respuesta del naturalismo. Dado que esa cosmovisión fue considerada en el artículo anterior, pasaremos a continuación al nihilismo, una postura que surgió del naturalismo.

Nihilismo

Ahora que Dios había sido empujado al borde de la experiencia humana, ¿por qué no quitarlo de en medio por completo? Había perdido todo valor práctico; ¿Por qué creer en Él siquiera? Así hizo su entrada el naturalismo, la creencia de que hay un único orden de existencia, la naturaleza; no existe ningún orden sobrenatural. Este punto de vista fue discutido en el artículo anterior, así que no lo desarrollaré aquí.

Trasfondo histórico

Para muchos, el naturalismo fue un respiro de aire fresco, porque ahora uno no necesitaba mirar a la religión en busca de respuestas. El hombre moderno, con sus creencias naturalistas, tendía a ser optimista acerca de las perspectivas del hombre de lograr tener una buena vida. Al estar libre de los límites de lo sobrenatural, el hombre era libre para hacer de sí mismo lo que quisiera.

Sin embargo, muchos no vieron los claros beneficios de esta "libertad". El naturalismo producía un vacío que no podía llenar. ¿Somos realmente solo otra etapa del desarrollo evolutivo? ¿Es esta presente realidad todo lo que hay? ¿Acaso no existe ningún valor permanente y trascendente en el universo? La cosmovisión--o, tal vez, deberíamos decir el esquema mental--que surgió fue el nihilismo. El nihilismo no es realmente una filosofía, porque no presenta ningún tipo de concepción sistemática del mundo. Es más una antifilosofía que una filosofía, porque es esencialmente una negación, una negación de que algo tenga verdadero valor. No hay ninguna bondad o maldad verdadera, ninguna belleza, ningún conocimiento, etc.

Hay un nombre que ha sido asociado con el nihilismo: Friedrich Nietzche, el filósofo del siglo XIX. Habiendo decidido que Dios había muerto, Nietzche vio que, con la muerte de Dios, morían los altos valores del hombre occidental que estaban basados en la creencia en Dios. También reconoció la pérdida de libertad que involucraba esta pérdida. Que seamos solo los productos naturales de la evolución, solo cuerpos y mentes materialistas, significa que no hay ninguna verdadera libertad. Somos partes determinadas de un universo determinado.

Otra explicación del surgimiento del nihilismo introduce los elementos sociales y políticos. Luego de pasar por muchos "ismos" en este siglo, muchas personas han decidido que uno simplemente no puede poner su confianza en ninguno de ellos, así que sencillamente adoptan un pragmatismo básico, la idea de que todo lo que importa es la funcionalidad. El teólogo alemán Helmut Thielicke hizo este comentario:

"En un mundo que está saturado e infestado con el pragmatismo, surge inevitablemente la pregunta de si todo no es "pseudo", si todo no es, en el mejor de los casos, una mentira productiva y, por lo tanto, si en el extremo de este desfile de ídolos existe la Nada, una Nada que siempre está vestida de alguna nueva ideología, pero aun así, nada más que la nada".{15}

Descripción

Thielicke continúa: "El nihilismo no es un programa sino más bien un juicio de valor. Es el último de todos los juicios de valor concebibles -al menos en cualquier serie lógica- y, en ese sentido, un juicio de muerte. El nihilismo no tienen ninguna otra voluntad o propósito; se conforma con trazar una línea y darse por vencido". {16}

James Sire menciona una obra de Samuel Beckett, Breath (Aliento), como un claro ejemplo del nihilismo en el teatro. No hay actores, sino simplemente una pila de basura en el escenario. La luz del escenario baja, luego sube, y luego baja de nuevo. "No hay palabras, sino solo un grito grabado al inicio de la obra, un aliento inspirado, un aliento exhalado, y un idéntico grito grabado al finalizar la obra. Para Beckett, la vida es un 'aliento' de este tipo".{17}

El nihilismo, entonces, es una filosofía de pérdida; quienes juegan con él como una cosmovisión de moda no lo entienden o no han intentado entenderlo. Como dijo un escritor: "Nietzche reemplaza el ateísmo complaciente por el ateísmo angustiado".{18}

Contraste con el teísmo cristiano

El nihilismo obviamente no concuerda con la doctrina cristiana. Dios no está muerto, y su naturaleza y su voluntad brindan una estructura para el valor y el significado que nos trasciende. Dado que Dios está activo en el mundo y obra para llevar a cabo sus planes, hay una verdadera base para la esperanza.

Debilidades internas

El nihilismo tiene también sus propias debilidades internas. Dado que es fundamentalmente naturalista, acarrea las debilidades del naturalismo. Nos quita toda verdadera libertad, dado que se considera que el orden natural opera de acuerdo con una base estrictamente causal o por el azar (o ambas). Sin embargo, los nihilistas, como todos los demás, actúan como si tuvieran una libertad significativa. Todos nos vemos confrontados a diario por la responsabilidad de hacer las elecciones correctas y de enfrentar las consecuencias si no lo hacemos. Además, el naturalismo estricto de los nihilistas hace dudar de sus afirmaciones de conocimiento. Si las cargas químicas y eléctricas de nuestros cerebros simplemente siguen las leyes de causa y efecto, ¿por qué deberíamos creer que nuestras ideas reflejan alguna realidad fuera de nosotros, y no sean simplemente el resultado de la actividad aleatoria de nuestras células cerebrales? Finalmente, la moralidad no puede ser simplemente una cuestión de "lo que es, es lo que debería ser", porque de ser así no habría lugar para la reforma. Toda demanda de que otra persona o cultura debería hacer algo -no solo porque funcionaría mejor sino porque es lo correcto- sería ilegítima. Por lo tanto, el nihilismo nos deja vacíos en cuanto a nuestro ser, nuestro conocimiento y nuestra moral. Todas estas cosas llevan a una pérdida de significado.

¡Pero todas estas son cosas que el nihilista ya sabe! Los nihilistas sinceros no han adoptado esta cosmovisión solo porque les gusta estar de moda. Simplemente reflejan en sus palabras la forma en que ven el mundo, y cómo sufren por él.

¿Cómo podemos responder al nihilismo? Podemos comenzar por señalar las inconsistencias lógicas que demuestran los nihilistas. En primer lugar, si bien dicen que no hay significado en nada, ellos indican lo que ellos piensan que es significativo por el tiempo y el esfuerzo que dedican a diversas actividades. El arte del nihilismo, como el dadaísmo, por ejemplo, intenta decir algo; se supone que tiene significado. Si no significa nada, no puede transmitir la imagen del mundo que el nihilismo quiere revelar. Segundo, se supone que todas sus aseveraciones acerca de la falta de significado son afirmaciones acerca del mundo de la forma que es. Pero, si no hay conocimiento, los nihilistas no pueden conocer el mundo de la forma que es. Tercero, se opone abiertamente a todo lo que nuestro ser parece requerir: el significado, el valor y la dignidad son tres ejemplos.

Muy pocas personas pueden vivir una cosmovisión completamente nihilista. Los cínicos más meticulosos se dedican a algo -por más pequeño que sea- que consideran significativo, aun cuando sea clamar contra la falta de significado de la vida. Sentir la desesperación de la pérdida de significado y valor indica que uno realmente desea esas cosas. ¿Qué puede hacer el nihilista? Puede quitarse la vida para no tener que enfrentar un mundo tan absurdo. Puede seguir viviendo pero mantener separados su filosofía de falta de valor y su vida de valor. O puede buscar algo que dé valor y significado. En el existencialismo encontramos una cosmovisión que busca encontrar significado en un mundo absurdo. Lo veremos a continuación.

Existencialismo

El existencialismo es una cosmovisión (en realidad, una colección de cosmovisiones) que sostiene, en esencia, que nuestras elecciones determinan lo que somos. Nosotros creamos nuestro propio significado y valor. "La existencia precede a la esencia", se dice. Lo que hacemos, las elecciones que hacemos, determinan nuestra esencia. Por lo tanto, los existencialistas buscan crear su propio significado en un mundo sin significado.

(Debo señalar aquí que hay formas teístas y ateas del existencialismo. Aquí solo consideraremos la variedad atea.)

Trasfondo histórico

El existencialismo tiene raíces filosóficas y experienciales. Con relación a la filosofía, el naturalismo ha dejado al hombre sin Dios, y el individualismo y la autonomía radicales apoyados por el pensamiento modernista han dejado a los individuos solos. Con relación a la experiencia de la vida, la tecnología nos ha hecho simplemente otra parte de la máquina; "o eres eficiente o te quitas del camino", era la actitud modernista. Además, algunos subproductos de la tecnología, como la contaminación o la bomba atómica, hicieron que la vida fuera más riesgosa. Luego vinieron dos guerras mundiales devastadoras a las puertas de los europeos. El resultado fue que el hombre se vio completamente solo y en peligro. Estos factores brindaron el entorno para la filosofía de la desesperanza.

Descripción

La desesperación es el fundamento del existencialismo. Se dice que vivimos en "un mundo roto", "un mundo ambiguo", "un mundo dislocado", un mundo donde somos "arrojados" y "condenados", pero "abandonados" y "libres", un mundo que parece ser indiferente o aún "absurdo". {19} Los existencialistas se rehusaron a aceptar las soluciones que venían de la razón, la nación o la tradición. Vieron que los medios usuales de felicidad decepcionaron a la gente; medios como el dinero, el placer físico y la fama. Por supuesto, los existencialistas ateos rehusaron considerar a Dios. Dios estaba muerto, no solo en los salones de la filosofía, sino también en las calles de la ciudad, y el hombre había sido dejado solo.

El verdadero problema, pensaron, era una falsa comprensión de la condición humana misma que alejaba a las personas de la verdadera felicidad. Estamos solos en un universo vasto y aterrador a quien no le importamos un ápice. Esta comprensión produce angustia, una interacción entre una sensación de pavor, por un lado, y la exultación de la libertad total, por el otro. No sabemos por qué existimos o cuál es nuestro destino; no se nos dice de dónde venimos ni se nos da el valor de nada. Toda la decisión depende de nosotros -de mí. Aun cuando no puedo tener ninguna confianza en que el universo se adaptará a mis ideas y deseos, debo hacer algo: debo actuar. Estoy condenado a hacer de mí lo que pueda hacer. Y, para ser auténtico, debo ser fiel a mí mismo y a los valores que he escogido, por sobre todo.

El existencialismo, entonces, es ante todo una teoría del valor. Se centra en la condición humana y lo que significa una buena vida. Esto lo ha hecho popular entre muchos que son sensibles a la difícil condición de la humanidad, que vive en un mundo muy impersonal.

El existencialismo demostró ser muy atractivo en este país en la década de 1960. Dio a las personas la "libertad" para arrojar de costado la convención y la tradición y hacer sus propias reglas. Vemos rastros de él en el concepto prevalente de que somos, individualmente, las autoridades finales para el valor en nuestra propia vida, en nuestro énfasis de la experiencia por sobre la razón, en nuestra actitud de "vivir el momento".El tema de dar la espalda a la moral tradicional propia a favor de determinar su propia vida se vio en la película Pleasantville, la historia de dos jóvenes que son transportados al mundo de Pleasantville, un programa de televisión en blanco y negro. Sus vidas solo tienen color cuando comienzan a expresar su sexualidad. La chica finalmente se encuentra en el área saludable de la facultad, pero esto es una elección que ella hace por su cuenta; ella está a cargo de su propia existencia.

Contraste con el teísmo cristiano

Los contrastes entre el existencialismo ateo y el cristianismo son obvios. La Biblia enseña que sí sabemos de dónde venimos; el universo no es solo un vasto páramo sino el entorno donde el Dios verdadero y vivo está obrando sus planes, de los que nosotros formamos parte. Sí tenemos una fuente de verdad, moralidad y valores que está por sobre nosotros. Sí sabemos (o podemos saber) adónde nos dirigimos. Por otra parte, sin embargo, si bien tenemos una libertad significativa, no tenemos libertad absoluta para hacer lo que queremos con nosotros mismos. Tampoco estamos completamente solos; tenemos los recursos de Dios para experimentar vidas ricas y significativas.

No hay nada de malo en tomar nota de nuestra difícil condición, señalar los peligros de la vida y proponernos tomar una firma posición ante un mundo aparentemente absurdo. Los problemas surgen cuando creemos que estamos completamente solos, y que la carga de nuestras vidas está sobre nosotros. Dios ha tomado la carga de nuestra vida presente y futura. No estamos solos.

Debilidades internas

El existencialismo tiene problemas internos también. Por una parte, uno se pregunta por qué deberíamos siquiera preocuparnos, si estamos en la condición que los existencialistas dicen que estamos. ¿Por qué preocuparnos por ser auténticos, por operar de buena fe, al crear nuestra propia existencia? ¿Por qué preocuparse por preocuparse siquiera? ¿Por qué no simplemente comer, beber y alegrarse? Con relación a las normas de valor, ¿cómo puede uno evitar el concepto de que hay algunos valores que todos deberían aceptar, normas universales del bien y del mal, de la belleza y la fealdad? No podemos evitar creer que algunas cosas valen la pena ser preservadas, mientras que otras no justifican nuestros esfuerzos.

Con el existencialismo, no hay base para juzgar acciones o para hacer las decisiones importantes de la vida, más allá de la simple afirmación: "Yo lo escojo".

¿Alcanza?

Postmodernismo

Es bastante fácil para nosotros considerar las cosmovisiones que ya vimos a cierta distancia. Probablemente pocos de los que lean este artículo sean deístas o nihilistas, o aun existencialistas. Estos pueden ser guardados sin problema en el armario de las cosmovisiones probadas y olvidadas por la mayoría de nosotros (aun cuando muchos de nosotros podamos encontrar elementos de una u otra en nuestro propio pensamiento). La situación es bastante diferente con respecto al postmodernismo, la última cosmovisión que consideraremos, porque describe el esquema mental básico de la humanidad occidental de fines de siglo. Todos estamos inmersos en el mar del postmodernismo, sepámoslo o no, y sus presuposiciones están tan arraigadas en nuestro pensamiento que aun quienes son cristianos suelen revelar actitudes postmodernas.

Descripción

¿Qué es el postmodernismo, de todos modos? En la década de 1970, Jean-François Lyotard presentó "un informe sobre el conocimiento en las sociedades más desarrolladas" al Concejo de Universidades del gobierno de Québec. Este informe fue publicado como The Postmodern Condition: A Report on Knowledge (La condición postmoderna: Un informe sobre el conocimiento).{20} Este libro, un texto estándar para entender el postmodernismo, da una pista sobre la naturaleza de esta cosmovisión en su título mismo. El postmodernismo no es en realidad una filosofía, porque la filosofía ha sido tradicionalmente una herramienta usada para entender la realidad en la que vivimos. Los postmodernistas creen que esto es algo que no puede hacerse. Así que el postmodernismo es más una condición o estado de ánimo que una filosofía. En breve, el postmodernismo es una reacción contra el racionalismo del Iluminismo. Pero es también una era, un período de tiempo histórico que comenzó en algún momento entre fines del siglo XIX y del siglo XX.{21} En este artículo nos concentraremos en el postmodernismo como un estado de ánimo más que un período de tiempo.

Trasfondo histórico

Cuando decimos "el racionalismo del Iluminismo", hablamos del ideal de conocimiento que se desarrolló en el siglo XVII y XVIII en Europa. Formó la base intelectual de lo que llamamos la modernidad. Había dos temas importantes en el Iluminismo: la crítica y el poder (crítica se refiere aquí al análisis minucioso). El objetivo era, como dice un escritor, liberar a las personas del "mito, superstición y encantamiento arrobado por los misteriosos poderes y fuerzas de la naturaleza".{22} La verdad no se encontraba a través de la revelación sino a través de la investigación científica y la razón. El conocimiento ahora debía ser desapasionado, objetivo y certero. Todo ahora debía conformarse a las reglas del cómputo y la utilidad; tenía que ser medible, y tenía que ser funcional. La razón, en efecto, fue reducida a un tipo de razón, la de la matemática o la precisión científica.{23}

Los postmodernistas creen que, cuando el conocimiento se redujo al cómputo, algo se perdió.

Había varios problemas con el racionalismo del Iluminismo. Primero, el conocimiento nuevo obtenido a través de la ciencia y el desarrollo resultante de la tecnología llevó a las personas a pensar que el hombre podría resolver las principales dificultades de la vida sin ninguna ayuda trascendente. Sin embargo, se encontró que la razón no tenía el poder que se pensaba que tenía. Con todo nuestro saber y tecnología, todavía no teníamos el poder que deseábamos sobre nuestra vida. Los desastres naturales y las grandes guerras como las dos guerras mundiales hicieron que la gente se diera cuenta de que no podemos arreglar todo lo que nos aflige simplemente a través de la razón.

Estos y otros factores, como los nuevos misterios descubiertos por la ciencia, sirvieron para minar nuestra capacidad de saber lo que es verdadero. De hecho, los postmodernistas se alejan de la comprensión clásica de la verdad, es decir, la correspondencia de proposiciones con una realidad externa. Algunos postmodernistas muy influyentes ahora adoptan el pragmatismo, la creencia de que la funcionalidad es todo lo que puede esperarse. Esto, me atrevo a decir, es cómo muchos, si no la mayoría, de los estadounidenses piensan hoy.

Otra característica postmoderna con relación a la verdad es ésta. De conformidad con su rechazo de la actitud individualista propia del modernismo, el postmodernismo sostiene que la verdad no se encuentra en la operación de la mente individual, sino en el grupo. Como notó un escritor: "La verdad consiste en las reglas básicas que facilitan el bienestar personal en la comunidad y el bienestar de la comunidad como un todo".{24} Nuestro pensamiento, como todos los demás aspectos de nuestro ser, está modelado por nuestra comunidad.{25} Políticamente y sociológicamente, esto significa, por ejemplo, que se espera que el individuo se conforme, en su pensamiento, al pensamiento del grupo mayor.

Otro problema que resultó de la naturaleza secularizada del conocimiento y de la falta de confianza en conocer la verdad en general fue la pérdida del conocimiento de verdades últimas. No puede haber ninguna "metanarración totalizadora", es decir, ninguna gran historia o explicación de cómo son las cosas que abarque todo. Esto puede ser a la vez liberador y atemorizador: liberador, en el sentido que uno no necesita verse restringido por ningún sistema de pensamiento; atemorizador, en el sentido que estamos a oscuras en cuanto a lo que es verdadero. Esto es un poco como comer en una cafetería donde uno puede escoger entre una diversidad de comidas sin tener ninguna confianza en el valor nutritivo de ninguna de ellas.

Un segundo problema con el racionalismo del Iluminismo fue la separación entre los hechos y el valor. El esquema mental matemático del Iluminismo no permitía la intrusión de juicios de valor; eso era algo separado. ¿Qué fundamento quedaba, entonces, sobre el cual hacer juicios? Este es el dilema ético del postmodernismo: ¿Cómo hace uno juicios sin tener un fundamento para el juicio?{26} Un escritor argumenta que el Holocausto mismo fue un modelo del pensamiento del Iluminismo. "En el mundo de los campos de la muerte", dice el autor Thomas Docherty, "todo estaba racionalizado". Estaba el deseo de dominar la naturaleza que se vio en la determinación de cuáles razas y tipos de personas deberían sobrevivir, y cuáles no. El proceso fue ordenado y eficiente. Las herramientas de la tecnología, también, fueron usadas eficientemente para promover la causa nazi.{27} Hasta usaron la razón como su mayor aliado para lograr sus metas. Por lo tanto, los ideales del racionalismo del Iluminismo podían ser dedicados a propósitos fundamentalmente malos.

Tercero, con la secularización de la razón en el Iluminismo, se desarrolló un creciente pesimismo acerca del futuro. Sin ningún Ser trascendente para consultar, ¿quién sabría hacia dónde se dirigía la historia? ¿Y quién dirá si la dirección tomada era verdaderamente progreso? "Ya no sabemos con ninguna certeza el punto hacia donde se supone que la historia avanza", dice Docherty. "La humanidad se ha embarcado en un movimiento secular cuya teleología es incierta".{28}

El postmodernismo, entonces, nos deja sin el conocimiento de las verdades últimas, sin ninguna base para un juicio de valor, y sin ninguna base para la confianza en el futuro. En general, entonces, el estado de ánimo es pesimista. ¿Cómo, entonces, sabemos qué debemos creer y hacer? Sin ningún conocimiento de por qué estamos aquí o adónde iremos para guiarnos, y ningún fundamento para determinar el valor que surge de alguna fuente trascendente, las personas han llegado a creer que debemos simplemente escoger para nosotros lo que será verdadero para nosotros. La voluntad es introducida en el conocimiento. {29} Las preguntas que los postmodernistas hacen son: "¿Qué escojo elegir yo?" y "¿Qué escojo hacer yo?".

El esquema mental postmoderno se ha evidenciado en varias áreas de la vida. Una es un cambio en la comprensión del lenguaje. El lenguaje ahora se considera como construido socialmente; transmite lo que el grupo dice que transmite. La literatura, entonces, se considera que refleja los prejuicios de un escritor y su grupo cultural: el escritor está obviamente diciendo lo que lo beneficiaría a él y a su grupo cultural. Depende del lector, entonces, desconstruir el texto para encontrar el verdadero significado. Dado que el escritor está tratando de imponer su voluntad sobre el lector, éste adopta un esquema mental de desconfianza y busca demonios políticos detrás de cada árbol. Dado que el significado de un texto está determinado por el lector, un texto puede tener tantas interpretaciones como lectores.

En el arte, hubo un movimiento hacia lo abstracto, porque se consideraba que no podíamos representar con precisión la esencia del objeto que está siendo pintado, por ejemplo. Esas cosas que no podían ser representadas con precisión tenían que ser presentadas abstractamente. Además, dado que ya no hay más reglas en general, no hay ninguna que defina o limite el buen arte. El artista descubre lo que está haciendo al hacerlo.

La arquitectura fue una de las primeras áreas en las que el postmodernismo mostró su rostro. Con la caída del modernismo, que siempre miraba al futuro, y nuevamente la pérdida de toda regla, la arquitectura se movió de un estilo funcionalista que miraba hacia el futuro a un estilo ecléctico. Los viejos edificios fueron restaurados, ya que el pasado puede ser apreciado también. Varios estilos diferentes pueden ser mezclados en conjunto. Como dijo un escritor: "el diseño postmodernista es históricamente y estilísticamente pluralista".{30}

Anteriormente hablé del hecho de que aun los cristianos adoptan creencias postmodernas sin darse cuenta. Es una parte tan integral del pensamiento de los jóvenes hoy que algunos en la iglesia aceptan sin siquiera pensarlo un esquema mental de "es verdadero para ti pero no para mí". Una joven que enseñaba la Escuela Dominical para secundarios en una iglesia evangélica bautista en Dallas, dijo a un reportero de un diario que ella creía lo que enseñaba la Biblia, pero eso no era necesariamente verdadero para todos.{31} Tal vez ella no entienda las afirmaciones de la Biblia, pero más probablemente ha hecho encajar al cristianismo en un marco de "mi verdad, tu verdad".

Contraste con el teísmo cristiano

Si bien los cristianos pueden aprender de los postmodernistas (especialmente con relación a los excesos del Iluminismo), es importante ver las diferencias fundamentales entre el postmodernismo y el cristianismo. Lo más importante es que podemos conocer la realidad última porque "aquello" es un "Él", quien se ha revelado y ha revelado su voluntad. El resultado es que podemos conocer la verdad aun cuando no la verdad exhaustiva que el Iluminismo consideraba posible. Sí tenemos una idea de hacia dónde se dirige la historia, y sí tenemos una base para el juicio moral.{32}

Debilidades internas

El postmodernismo no puede sobrevivir mucho tiempo. Además de estar desprovisto de todo aquello sobre lo que se puede construir una filosofía de vida, revela también problemas internos. Si bien nos gustaría tomar un enfoque estético de la verdad--en otras palabras, juzgar por estilo antes que por sustancia- queremos que otros nos traten de acuerdo con cánones universales de verdad y moral. Además, ahora sabemos que es imposible hacer un corte franco entre hechos y valores. Aun los científicos más precisos y objetivos deben tomar decisiones con relación al trabajo mismo que realizan. En otras palabras, un proyecto debe elegirse por sobre otro, y estas elecciones reflejan ciertos valores. Además, el postmodernismo nos despoja de toda estabilidad más allá de la que nuestra cultura inmediata puede darnos. Pero, dado que un grupo cultural no puede conocer la verdad última sino solo escoger sus valores basándose en un punto de vista pragmático, finalmente no hay estabilidad en el grupo cultural propio tampoco.

Como señalé, el postmodernismo es un estado de ánimo antes que una cosmovisión totalmente desarrollada. Algo debe llenar el vacío creado por la caída del modernismo. Esto es lo que entusiasma a algunos pensadores cristianos. Porque ahora la puerta que bloqueaba lo sobrenatural ha sido abierta, brindando una avenida para que los cristianos anuncien las buenas nuevas de que en Cristo se encuentran la verdad, el valor y la esperanza para el futuro; por cierto, para toda la raza humana.

Notas

1. Jerry Solomon, Cosmovisiones, Probe Ministries International, 1996. Disponible en nuestro sitio en www.ministeriosprobe.org/docs/cosmovisiones.html
2. The Universe Next Door, de James W. Sire (3rd ed., InterVarsity Press, 1997), ha brindado una guía casi indispensable para comprender las cosmovisiones. La elección de visiones consideradas en este programa fue tomada de este texto.
3. James Orr, The Christian View of God and the World (Grand Rapids: Eerdmans, 1948), 3.
4. Orr, 6,7.
5. "Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor. Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos".
6. Orr, 4.
7. Ibid., 4.
8. Waring, v-viii.
9. Ibid., x.
10. Ibid., xiii.
11. Ibid., xiii.
12. Sire, 44.
13. Ibid., 46.
14. Citado en Sire, 48.
15. Thielicke, 25.
16. Ibid., 29.
17. Sire, 76.
18. Bloom, citado en Sire, 93.
19. Robert C. Solomon, ed., Existentialism (New York: The Modern Library, 1974), ix.
20. Publicado en inglés por University of Minnesota Press, 1984.
21. Docherty, 1,2. Un teólogo de nuestro tiempo considera que el modernismo finalizo el 15 de julio de 1972, cuando un proyecto de viviendas basado en principios modernistas de funcionalidad fue demolido. Otro señala su caída con el colapso del muro de Berlín, en 1989. Cf. Gene Edward Veith, Postmodern Times: A Christian Guide to Contemporary Thought and Culture (Wheaton, IL; 1994), 27,39. Tal vez esta gran separación temporal señala la forma en que a las filosofías les puede llevar años realizarse en la esfera pública.
22. Thomas Docherty, ed., Postmodernism: A Reader (New York: Columbia Univ. Press, 1993), 5.
23. Docherty, 5.
24. Stanley J. Grenz, A Primer on Postmodernism (Grand Rapids: Eerdmans, 1996), 14.
25. Para más sobre esto el lector tal vez quiera consultar mi artículo: "¿Adónde se ha ido el 'yo'?: La pérdida del yo en tiempos postmodernos", disponible en nuestro sitio Web en http://www.ministeriosprobe.org/docs/adonde_se_ha_ido.html. 26. Docherty, 26.
27. Ibid., 12,13.
28. Ibid., 10.
29. Ibid., 6.
30. Veith, 114.
31. Mary A. Jacobs, "Truths Under Construction," Dallas Morning News, 31 May, 1997.
32. Otra importante diferencia es sobre la cuestión de la naturaleza humana y la identidad. En el pensamiento postmoderno, el yo se pierde, en tanto que la teología cristiana nos ve como individuos distintos con identidades permanentes (aun cuando podamos experimentar cambios en nuestra personalidad, vocación, estilo de vida, etc.). Ver mi artículo "¿Adónde se ha ido el 'yo'?: La pérdida del yo en tiempos postmodernos", disponible en nuestro sitio Web en http://www.ministeriosprobe.org/docs/adonde_se_ha_ido.html.

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Traducción: Alejandro Field


Acerca del autor

Rick Wade se graduó de Moody Bible Institute con un B.A. en Comunicaciones (radiodifusión) en 1986. Se graduó con honores en 1990 de Trinity Evangelical Divinity School con un M.A. en Pensamiento Cristiano (teología/filosofía), donde sus estudios culminaron en una tesis sobre la apologética de Carl F. H. Henry. Rick y su familia viven en Rowlett, Texas. Si usted tiene algún comentario o pregunta sobre este artículo, envíelo por favor a espanol@probe.org. Por favor indique a qué artículo se está refiriendo.

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